CCOO de Castilla y León | 18 abril 2024.

Villalar 2024

COVID-19: LA INMIGRACIÓN Y LA INTEGRACIÓN

    “La pandemia agrava la precariedad laboral y, como consecuencia, repercute negativamente en el estatus legal de los foráneos, por lo que su integración y la de sus hijos, es decir, su equiparación con los ciudadanos nativos, va a experimentar un claro retroceso”. Antonio Izquierdo, Catedrático de Sociología en la Universidad de A Coruña.

    26/02/2021.
    Covid e inmigración.

    Covid e inmigración.

    Dentro del monográfico nº 35 de la Gaceta Sindical sobre Globalización, Pandemia y Cohesión Social, puedes encontrar este artículo de Antonio Izquierdo: COVID-19: La inmigración y la integración.

    ¿Cómo afecta y cómo afectará la pandemia a la población migrante? La hipótesis que sostiene en su artículo es que la pandemia desplomará los flujos de entrada en el país pero dificultará la acogida e integración de solicitantes de refugio, temporeros y temporeras, de las personas migrantes que viven de forma permanente y de sus familias. Sin embargo estos flujos se normalizarán antes que la inclusión social.

    Porque como siempre, la pandemia no afectará a todo el mundo por igual. Las personas acomodadas han podido confinarse más y mejor, han podido teletrabajar y acceder sin problema a las tecnologías, pero los y las más vulnerables han quedado más expuestas, trabajando en el mantenimiento de los servicios básicos, esos en los que no es posible teletrabajar ni confinarse.

    La pandemia también traerá un aumento de la irregularidad debida, entre otras causas, a la imposibilidad de renovación de tarjetas por la reducción de la movilidad y que es uno de los puntos fuertes de la población inmigrante en el acceso al empleo, la facilidad de movimiento; La imposibilidad de retorno por el cierre de fronteras pero también por las denegaciones de asilo y refugio; La imposibilidad de contratación por vías legales y la normalización de esta situación por parte del empresariado al que, evidentemente, le resulta muy beneficiosa.

    Y a este compendio de desigualdades le falta, para estar completo, el rechazo de la opinión pública.

    Por tanto, es necesario poner en marcha cuanto antes medidas de integración e inclusión social a largo plazo. La población extranjera seguirá viniendo, y la que vive aquí será cada vez más numerosa porque tendrá descendencia. Lo peor es que esta descendencia heredará la exclusión social de sus padres y madres.

    Conocemos los problemas de nuestra población inmigrante, peores salarios, peores condiciones de habitabilidad, desconocimiento del idioma después de muchos años en España, brecha salarial, vulnerabilidad… y esto ya es suficiente para saber que las medidas que se han tomado hasta ahora no funcionan. Bien es cierto que la integración es un proceso lento, complejo y con múltiples facetas pero, si los pilares básicos de la integración han sido el desempeño en el mercado de trabajo, el dominio del idioma y la educación de los descendientes, lo más sensato será empezar por la formación continua, el reconocimiento de las competencias profesionales y reducir la brecha entre el empleo realizado y la titulación obtenida. Las personas inmigrantes y las autóctonas pueden, con la misma titulación, acceder a los mismos puestos de trabajo. Condenarlos a realizar sólo trabajos no cualificados es un prejuicio cultural.

    Si tenemos en cuenta que la población extranjera es mayoritariamente europea y latinoamericana, se da la composición más favorable para la integración por ser la culturalmente más cercana.

    Os dejamos el artículo completo en la documentación adjunta. No dejéis de leerlo.