CCOO de Castilla y León | 28 marzo 2024.

INFORME IGUALDAD RETRIBUTIVA

Igualdad retributiva, un derecho pendiente

    LA SECRETARÍA CONFEDERAL de Mujeres e Igualdad publica el informe: Igualdad retributiva, un derecho pendiente.

    20/02/2020.
    Igualdad retributiva, un derecho pendiente.

    Igualdad retributiva, un derecho pendiente.

    LA DESIGUALDAD retributiva, llamémosla así o discriminación salarial, es una de las principales reclamaciones históricas de las mujeres sindicalistas que, además, forma parte central de la agenda del feminismo y el sindicalismo en la actualidad, como eterno derecho pendiente.

    Llevamos siglos reclamando desde el movimiento sindical, y desde luego CCOO desde su momento fundacional, algo tan básico como igual salario por igual trabajo. Es decir, que las mujeres reciban por su trabajo asalariado una remuneración igual que los hombres, ante trabajos iguales o equivalentes.

    Porque, al contrario, lo que se da en nuestro entorno laboral, al igual que en todo el mundo, y que se evidencia estadísticamente mediante la brecha salarial de género es evidentemente una injusticia basada en el sexo-género que afecta a las mujeres. Supone una discriminación laboral que se manifiesta económicamente, que determina que las mujeres reciban salarios más bajos y que a menudo les condiciona un presente y un futuro de pobreza.

    Es, también, componente fundamental de la violencia económica estructural, por tanto, una violación de los derechos humanos y una forma de discriminación contra las mujeres, como se recoge en el Convenio de Estambul (2011).

    Para CCOO, que se fundamenta en principios de justicia e igualdad, es una cuestión inaplazable, prioritaria, y por eso hacemos un llamamiento para que sea considerada, también, una cuestión de Estado. Los derechos se conquistan y se defienden para su ejercicio pleno. No puede seguir siendo un derecho eternamente pendiente.

    Como sabemos, y el presente Informe detalla y cuantifica, esta desigualdad retributiva que alcanza en nuestro entorno a todos los sectores económicos, a todas las ocupaciones y es la consecuencia económica de la desigual inserción y participación laboral de las mujeres, resultado a su vez de una división sexual del trabajo todavía vigente y de una arraigada cultura patriarcal. Es una realidad incuestionable que provoca merma de derechos en las mujeres, que limita sus aspiraciones de autonomía económica y por tanto de su libertad personal y que se prolonga en otros ciclos de su vida, determinando las brechas que también se observan en las prestaciones y las pensiones.

    Presentamos con este Informe una muestra de esta compleja desigualdad, de base material (económica) y escenario laboral pero originada en lo sociocultural, y es una herramienta útil para conocer mejor cómo se calcula, explorando algunos factores que convergen en causarla. Porque la metodología de análisis es importante, ya que determina la visibilidad, el peso, la verdadera dimensión de los distintos componentes de esta brecha salarial.

    Un Informe que señala bien que la precariedad laboral (la ausencia de un trabajo de calidad que garantice unas condiciones dignas de vida, según determina la OIT) afecta a la mayoría de la población trabajadora y de manera especialmente grave a las mujeres. Una precariedad laboral entendida esta como mayor tasa de paro, agravada por su larga duración y el agotamiento de las prestaciones por desempleo, junto a otros muchos indicadores: la desigualdad laboral, la brecha de género, la alta temporalidad, las jornadas parciales, las horas extras no pagadas o el deterioro de los indicadores de salud laboral y de accidentes de trabajo. Indicadores todos que muestran su peor rostro en las mujeres.

    Por todo ello, CCOO estima prioritario actuar desde la negociación colectiva y desde el Diálogo Social, para lo que aportamos una batería de medidas en el Informe. Pero, también hay que actuar desde otros ámbitos: la calidad del empleo, vinculada al modelo económico; la enseñanza y la urgencia de educar para la igualdad y la corresponsabilidad, con una orientación académica, profesional y vital no sexista; la necesidad de invertir mediante las políticas públicas en gasto social y en infraestructuras en el sector de los cuidados, para socializar esta corresponsabilidad; las necesarias políticas públicas de igualdad, junto con la transversalidad de género de todas ellas, y, desde luego, la prioridad de corregir (o revertir) las reformas laborales que han contribuido a destruir empleo, acrecentar las desigualdades sociales y de género y a debilitar los derechos laborales y de negociación colectiva de las personas trabajadoras.

    Queremos igualdad de derechos y queremos ejercer nuestro derecho a la igualdad. No puede haber fugas, paréntesis, vacíos…, en el ejercicio de los derechos. No puede haber derechos eternamente pendientes. Acabar con al brecha salarial tienen que ser, también, una cuestión de Estado.

    Elena Blasco Martín, secretaria confederal de Mujeres e Igualdad de CCOO