CCOO de Castilla y León | 16 abril 2024.

2022-09-09

Castilla y león debe mirar hacia el futuro porque es líder en energías renovables en España

    La extrema derecha sabe que la propuesta de reabrir la central nuclear de Garoña es inviable técnica y económicamente. También conoce las garantías que ofrecen las energías renovables en Castilla y León y en España así como la capacidad de producción de la comunidad que supone el 10% de la energía del Estado. De hecho, la empresa titular, Nuclenor, que es la que tiene la última palabra, ya ha descartado esta propuesta de la extrema derecha explicando que el coste no se puede asumir porque equivaldría a los de una nueva autorización

    09/09/2022.
    Foto CCOOCyL

    Foto CCOOCyL

    Frente a los anuncios y los bulos sin ningún tipo de argumentos, desde CCOO repasamos los datos objetivos que frustran la petición de la extrema derecha de reabrir Garoña. Castilla y León consume el 4,92% del total de la energía producida en el estado español y produce el 10% de la energía del Estado. En Castilla y León se genera el 27% de la hidráulica estatal, el 21% de la eólica estatal y el 7,03% de la fotovoltaica estatal.

    Castilla y León podría abastecerse únicamente de lo que produce en eólico. En el año 2021 se generaron con esta energía 13.579.194 Mw/h en Castilla y león y se consumieron 11.910.103 Mw/h.

    Frente a las ventajas de las energías alternativas, la energía nuclear no es limpia, ni barata, ni infinita, ni segura. No es limpia porque genera residuos de alta actividad con miles de años de peligrosidad. No podemos dejar esa responsabilidad a las generaciones futuras.

    No es barata porque la extracción del uranio, el enriquecimiento, la construcción de la central, el mantenimiento y condiciones de seguridad, el desmantelamiento de la central, la gestión durante años de los residuos en un espacio controlado y vigilado.

    Se basa en un combustible que no es renovable, el uranio, cuyo precio irá subiendo según nos acerquemos a su pico de producción y consumo que se calcula que sea en menos de 30 años. Es más práctico buscar alternativas a la nuclear que basar la transición energética en una energía que nace ya con los días contados.Es una energía que utiliza un combustible que no es renovable y su extracción, enriquecimiento, y custodia durante años de actividad de los residuos no es sostenible.

    Ya hemos sido testigo de los problemas de Francia con la nuclear, en concreto con los reactores parados: problemas de corrosión, problemas en la refrigeración de los reactores en la ola de el calor.

    La extrema derecha conoce perfectamente la situación actual de Garoña. Como ya ha reconocido Nuclenor, la empresa titular de la central nuclear, supone una inversión que no se va a acometer debido al mal estado del reactor por los problemas conocidos de corrosión que tenía la central en 2012 cuando dejó de funcionar.El valle de Tobalina y la zona de influencia de la central nuclear tiene la oportunidad de diversificar su actividad y desarrollar el convenio de transición justa ya iniciado. El desmantelamiento de Garoña está en marcha y la reactivación económica de la comarca también. Castilla y León no puede estar siempre mirando al pasado ni quedarse anclada en el pasado. La comunidad tiene que mirar el futuro y el futuro no pasa precisamente por reabrir centrales nucleares.