Este acto también contó con la presencia de Vicente Andrés (secretario general de CCOO), Faustino Temprano (secretario general de UGT), Luis Tudanca (portavoz socialista en las Cortes), José Sarrión (portavoz por IU en las Cortes) y Pablo Fernández (portavoz de Podemos en las Cortes). Todos ellos ratificaron las posturas expuestas minutos antes, durante la rueda de prensa ofrecida ante los medios de comunicación de Valladolid, sobre la necesidad de llevar a cabo un pacto de Comunidad en materia fiscal.
Una vez que nuestro compañero Carlos Castedo, secretario de Estudios y Asesoramiento Jurídico-Sindical, llevase a cabo la presentación del conferenciante, Braña Pino hizo durante media hora un argumentario sólido sobre la necesidad de una nueva política fiscal para Castilla y León. Para ello, hizo hincapié en tres apartados fundamentales según su pensamiento. Es más, puso de manifiesto que “el debate sobre si subir impuestos es de izquierdas y bajarlos es de derechas no tiene ningún sentido y es algo totalmente estúpido. Y quien piense que este asunto no tiene un componente ideológico es que no sabe de lo que habla”, señaló este catedrático de economía aplicada ya jubilado.
España tiene margen de maniobra para aumentar la presión fiscal
El primero es que “los impuestos son el precio de los derechos. Estos suponen el pago para dotarnos de una sociedad civilizada. Y no nos olvidemos que hay que recaudar lo necesario para garantizar la existencia de los derechos”.
Este experto ofreció una serie de datos sobre la situación fiscal de nuestro país, basados en comparativas con la realidad del resto de los países de nuestro entorno de la UE y de los países más prósperos de la OCDE. El balance era evidente: “a día de hoy España tiene margen de maniobra para aumentar la presión fiscal. Nuestro sistema de recaudación es de los más bajos de Europa. La media en la UE es de 16.000€ anuales por ciudadano, mientras que aquí superamos levemente los 8.000 euros. Para indicar que “tras la crisis nuestros vecinos están recuperando la recaudación, mientras que nosotros la bajamos. Por lo tanto, si pagamos la mitad en impuestos tendremos la mitad de derechos que ellos”.
“España es un país con una alto volumen de deuda pública”
Su segundo precepto fundamental es que “el Estado no es una familia”, como así plantea el ordoliberalismo, una corriente de pensamiento económico fundada por un grupo de políticos y economistas alemanes durante la década de 1930-1940. Se encuentra íntimamente ligada a la Escuela de Friburgo y al concepto de economía social de mercado. Según ellos, el Estado debe crear un adecuado ambiente legal para la economía y mantener un nivel saludable de competitividad a través de medidas que se adhieran a los principios del libre mercado: equilibrio presupuestario, la ausencia de déficit, flexibilidad en los precios y la independencia de las instituciones económicas para ser dirigidas por tecnócratas.
Francisco Javier Braña apuntó que “lo que puede ser bueno para una familia no tiene por qué ser bueno para el resto de la sociedad”. Indicó que nuestro país “es un claro ejemplo de Estado con un alto volumen de deuda pública. Somos un país deudor y eso no se puede mantener en el tiempo”.
“Recaudar menos siempre favorece a los más ricos”
El tercer sustrato de su pensamiento en materia fiscal es que “bajar impuestos conlleva menos derechos y no supone un mayor crecimiento de la economía del país. Es más, recaudar menos siempre favorece a los más ricos. En nuestro país le viene bien a ese 1% de la población más poderosa”. Para incidir en que “si se actúa de esta manera se incrementan las desigualdades en las rentas y la riqueza de las familias en un país. Por lo tanto, esto conlleva menos dinero para todos y, a su vez, también menos derechos. Sin lugar a dudas, las políticas de austeridad que preconiza el orden neoliberal imperante nos avocan a este tipo de resultados nefastos para la gran parte de la sociedad”.